El objetivo de este trabajo es contribuir al conocimiento de lo que sucede en nuestro país respecto de la relación entre depresión y uso de servicios sanitarios, a través de describir la autovaloración del estado de salud mental y del uso de servicios sanitarios generales y especializados, en dos muestras de mujeres adultas de la isla de Chiloé.
Se trata de dos estudios transversales, cuyas muestras fueron extraídas de las mismas zonas de Chiloé, en forma casi simultánea. La muestra poblacional es de tipo aleatoria y está constituida por 153 mujeres y la de consultantes de APS es de tipo accidental y está compuesta por 123 mujeres. Se aplicó una encuesta para valorar la existencia de un cuadro depresivo, la autoevaluación del estado de salud mental y la utilización de diversos servicios sanitarios.
Poco menos de la mitad de las mujeres de ambas muestras considera estar "deprimida" o "ansiosa", y en contraste con una escala estandarizada se aprecian muy pocos falsos negativos y bastantes falsos positivos. Una baja proporción de quienes presentaron un cuadro depresivo recibió atención especializada en el año previo a la entrevista. Una elevada proporción de las mujeres con cuadros depresivos ha estado en contacto con servicios sanitarios, y esta cifra es similar a la descrita por las mujeres sin cuadro depresivo (excepto para servicios de urgencia). Aquellas con trastornos depresivos muestran una mayor cantidad de consultas en diferentes dispositivos de atención en salud, que es más de dos veces a la observada en las mujeres que no tienen un cuadro depresivo.
La autoevaluación del estado de salud mental debe ser utilizada con cuidado para la identificación de casos con cuadros depresivos en la práctica clínica y en la investigación operativa. La elevada proporción de mujeres con cuadros depresivos que acuden a servicios de salud determina una oportunidad para el desarrollo de estrategias de detección y tratamiento. Lo anterior permitiría mejorar el bajo porcentaje de mujeres que reciben algún tratamiento por su cuadro depresivo.
Finalmente, las mujeres con cuadros depresivos generan una mayor demanda de consultas sobre el sistema sanitario general, lo que conlleva mayores costos.